SE DERRUMBÓ EDIFICIO EN BARTOLOMÉ MITRE 1232



La cantidad de derrumbes por obra en la ciudad de Buenos Aires se elevó a 13, contando el caso de Bartolomé Mitre 1232, el gobierno cuenta con un cuerpo de 120 inspectores de obra que solo este año han tenido que inspeccionar 15.000 permisos de viviendas, entre enero y agosto, y si bien el jefe de gabinete expresó: “uno no puede poner un inspector en cada obra; es como poner un policía en cada esquina para que no haya accidentes de transito” tendrá que reemplazar sus dichos, pues para eso esta, para brindar soluciones y seguridad a todos los vecinos, entendiendo que el problema de seguridad vial, es educativo y que la mayoría de los accidentes que ocurren son evitables si los ciudadanos actúan con responsabilidad, sin embargo no es el caso de las construcciones, aquí es necesario el peritaje profesional y es relativo el conocimiento de arquitectura e ingeniería por parte de las personas y el gobierno debe ser el encargado de velar por la seguridad en este caso.

El edificio colapsó el viernes por la noche y en cuanto a la estructura del mismo, esta se ha vuelto “impredecible” y con una pluma gigante comenzaron a tirarla por partes el día domingo, a pesar que aún no ha aparecido Isidro Madueña, el hombre de 74 años que su hijo busca desesperadamente desde que cayera el ala de los departamentos letra “C”. Según Mariano Madueña, le informaron que debería iniciar una presentación judicial para frenar la demolición. Es lamentable que esta se iniciará sin buscar a esta persona. Los peritos alegaron que hay peligro de derrumbe, motivo por el cual no podían buscarlo, es como decir que los bomberos no van apagar ningún incendió por miedo a quemarse y los cuerpos de rescatistas ya no rescatan a nadie por miedo a que un edificio se derrumbe, todo un dislate que muestra a las claras la falta de previsibilidad ante un accidente en la ciudad de Buenos Aires.
Aún hay 220 personas evacuadas en la zona. Ante la imprevisibilidad del edificio, continuaba evacuada toda la manzana y la vereda de enfrente, la impar de Bartolomé Mitre al 1200. Y en observación la parcela de Libertad 50, que da al fondo del edificio de Mitre 1232 y fue afectada cuando se produjo el derrumbe.

Aunque los trabajos de los peritos continuaban, desde el primer momento se vinculó el derrumbe con la excavación que se hacía junto al edificio. Un caso similar al que produjo el derrumbe en el gimnasio de Villa Urquiza, en agosto, en el que murieron tres personas. Una retroexcavadora habría horadado junto a los cimientos, dejando sin apoyo la mampostería, lo que produjo la caída de la enorme pared. En los últimos meses una serie de derrumbes pusieron el foco sobre los controles. Tras la tragedia de Villa Urquiza, la Legislatura aprobó una ley que obliga a inspeccionar las etapas de demolición y excavación en las obras. Además impone una multa para el propietario del terreno que no contrate a empresas anotadas en el Registro Público de Demoledores y Excavadores. Pero la ley no fue reglamentada aún por el Ejecutivo.

Desde la Fundación Ciudad, hicieron responsable al Gobierno porteño por la falta de controles: “No hay planeamiento y tampoco una visión sustentable del desarrollo urbano. No se protege el patrimonio arquitectónico y se promueve la construcción descontrolada y la densificación”, dijo Andreína de Caraballo, su presidenta. En el mismo sentido opinó la Agrupación de Profesionales de Peritos Verificadores, quienes desde hace años vienen advirtiendo sobre la falta de controles.

En el caso de Bartolomé Mitre 1232, los vecinos habían denunciado ruidos molestos y temblores el 5 de agosto y las inspecciones llegaron el 26 de septiembre. En tanto que la UOCRA lo había hecho en dos oportunidades, el 11 y el 19 de agosto: “Las denuncias abarcaban desde la falta de elementos de protección y seguridad personal para los trabajadores hasta la falta de señalización y protección de zanjas y excavaciones”, detalló el sindicato en un comunicado.

Sin control en el desarrollo urbano, sin reglamentación de una ley adecuada y con un cuerpo de inspectores escaso para la mega ciudad en que se ha transformado la Ciudad de Buenos Aires es imposible tener seguridad.