FIESTA PATRIA POPULAR, Asunción presidencial de Cristina F. de Kirchner


A las 5 de la mañana ya empezaron a cargarse los trenes y subtes, pero no con gente que iba a trabajar, con gente que iba a festejar, que la presidenta Cristina F. de Kirchner asume un nuevo mandato o simplemente que estamos en democracia, que los argentinos después de tantos años de gobiernos militares, crisis económicas, hoy tiene un gobierno con un proyecto popular y nacional.


En la plaza frente al Congreso los jóvenes se multiplicaban por miles, provenientes de todas las provincias , en sus remeras se podía leer, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Santa Cruz y así también del conurbano bonaerense, Lanús, Morón, Lomas de Zamora, Ezeiza, etc..Con una energía digna de la juventud, iban de un lado a otro, cantaban se sacaban fotos posaban en grupo o solos con el marco de las banderas argentinas y partidarias sobre el Congreso.



Nada quedo librado al azar, en el trayecto del Congreso de la Nación a la Casa Rosada, la seguridad de la policía, las cámaras colgantes de la televisión, el reparto de agua de Aysa y el Ejército Argentino e incluso un reparto de frutas para después del mediodía, la Cruz Roja, ambulancias del Same y aun detalles mínimos como son los arreglos florales que podían verse en cada esquina como en el escenario principal en la Casa de Gobierno.



En la intersección de 9 de Julio y Av. De Mayo, con el Obelisco de fondo se hallaban grupos más dispersos, la prensa extranjera, turistas y gente sin banderías políticas que se autoconvocaron de pie junto a la valla para ver a la presidenta en su paso. Choque Urbano, el grupo de música que hace percusión con todo lo imaginable le ponía ritmo al apabullante calor sobre la avenida.



Y finalmente en Plaza de Mayo estaba el federalismo descarnado, gente grande chicos, jóvenes, adultos, niños vinieron de Mendoza, Jujuy, Salta, Rio Negro, desacostumbrados a un calor tan agobiante, a la muchedumbre y al tránsito, andar bajo tierra entre subtes, túneles y combinaciones.
Ejemplo de ello es Victoria, una señora mendocina de 60 años que vino con su nieta por primera vez a Buenos Aires en toda su vida, con la esperanza de ver a la presidenta y saludarla para decirle “Gracias, señora Presidenta!!”.