Carlos Fuentealba: A ocho años del asesinato del Maestro


Ocho años se han cumplido del asesinato del maestro Carlos Fuentealba, el 4 de abril de 2007, en el marco de una huelga del sindicato docente neuquino ATEN, se resolvió realizar un corte de la ruta 22 a la altura de Arroyito, cerca del pueblo de Balverdi. La decisión fue tomada en asamblea por la mayoría de los afiliados al sindicato. Ese día la policía provincial recibió la orden del gobernador neuquino, Jorge Sobisch, de impedir que los manifestantes cortaran la ruta, para garantizar el libre tránsito en la misma.
A todo esto, la lucha de los docentes neuquinos se estaba realizando sin contar con el apoyo de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CeTERA), que optó por negociar con el gobierno nacional de espaldas a los trabajadores, desarticulando las luchas que se estaban desarrollando en varias provincias. En el medio de un brutal desalojo por parte de la policía de Neuquén y de grupos de operaciones especiales, el compañero docente Carlos Fuentealba fue asesinado a quemarropa dentro de un auto donde se estaba refugiando.
La repercusión de este acontecimientos tuvo una magnitud de alcance nacional, que llevó a un paro nacional conjunto de la CTA y la CGT, actos de repudio y pedidos de justicia por el asesinato Fuentealba. Pero más allá del clamor popular que logró enjuiciar y condenar a los autores materiales, a los que tiraron del gatillo, la pelea continua por ver sentados en el banquillo a los autores intelectuales, a los responsables políticos, el primero de los cuales es el ex gobernador Jorge Sobich, aún impune.
La lucha de los docentes neuquinos y de todo el país aun continua, en Neuquén, el gremio docente UTELPa fue obsecuente con los dictados del gobierno nacional y provincial y no dio ninguna lucha frente a una propuesta salarial por debajo de la inflación actual, que devora los salarios paupérrimos de los docentes, ni por el mal llamado “impuesto a las ganancias”, que considera al salario de los trabajadores como una ganancia, y no como el producto de su propio trabajo.
A estos reclamos se han sumado otros, fundamentalmente a causa de la falta de planificación y de infraestructura adecuada que, junto a una ola de calor inusitada, hicieron muy dificultoso dar clases: reclamo que unió a docentes y alumnos de muchas escuelas siendo incluso víctimas de persecuciones y sanciones injustificadas. O la falta de transporte escolar y de establecimientos educativos cercanos para los estudiantes que habitan en los barrios periféricos de Neuquén, lo cual pone una vez más sobre el tapete la desidia de las autoridades cuando de acceso a la educación pública se tapa.

Desde el año 2007 un grupo de docentes decidió tomar el nombre de Fuentealba como una identidad de lucha, como un símbolo de la convicción y la ética de los que pelean por sus derechos. Dado que, Carlos Fuentealba pasó a ser una bandera del movimiento social y popular argentino, inmortalizado en cada docente que lucha por sus legítimos derechos en defensa de mejores condiciones salariales y laborales, sino también en la defensa de la educación pública, gratuita y de calidad.

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